10/7/12

No lo sé.

No son buenas las venganzas pero no me aguanto la injusticia. Reacciono como puedo, como me dejan, sin importarme lo que pase después. Después será otro día, otro lugar, otro momento. A lo mejor mas tarde entienda que hay otras maneras de reaccionar, de verdad hoy no lo sé.

Por favor, que sea cierto.

Es duro aprender a conocerme lastimado a decir que me fallaron, que me engañaron. Dicen que de los golpes también se aprende y se sale más fuerte. Ojala sea cierto.

Luz.

Hasta ayer tocaba el cielo con las manos y hoy lloro lagrimas de dolor y desengaños. Pero al final de todo me doy cuenta que vale la pena abrir bien los ojos, ver a las mentiras sin ningún disfraz. Duele mucho, es cierto pero también es cierto que siempre podemos deshacer un camino gastado y oscuro y caminar por uno nuevo que este lleno de luz.

Seré valiente.

Me pregunto porque hago ciertas cosas. Porque las hacen los demás, yo no quiero ser distinto. Ser yo mismo implica riesgos, tendré la valentía de correrlos.

Es bueno equivocarse.

A veces podemos seguir una linda mentira antes que enfrentarnos a la verdad que nos lastima. Prejuzgar, equivocarnos, no abrir los ojos. Ya llegara el momento inevitable de la verdad y la oportunidad de elegir otra vez.

¿Distancias?

Difícil relación con los adultos. Rara mezcla entre odio y amor, ellos nos quieren imponer sus reglas, su estilo de vida. Nos llenan de condiciones y nosotros nos llenamos de rebeldía. Quizás algún día podremos mirarlos con otros ojos, reconocerlos sabios, amigos, descubrir que ellos también fueron adolescentes inseguros, darnos cuenta que nos separaban abismos y barrancos, que solamente hacia falta dar el primer paso para acortar distancias.

La mía.

Llego la hora de rebelarte contra un destino que no quieres, llegó la hora y el momento de romper con la estructura y tomar esa decisión.. la tuya.

Nuestro camino es..

Comenzaste un camino, tu camino. Llego la hora de probarte y ver cuanto lejos llegas. Vas a patear muchas puertas, vas a reír y vas a llorar, vas a equivocarte mil veces, vas a caer y a levantarte una y otra vez, el desafió es duro pero vale la pena.

Elijamos.

Hoy se que no importa cuantos años tengamos. Siempre podemos elegir. Desde el momento en que escupimos la primera papilla estamos haciendo una elección. Está en cada uno la responsabilidad de elegir su propia vida. El tema es si al crecer tendremos el valor suficiente para hacerlo.

SIEMPRE.

¿Cuál es el momento exacto en que empezamos a elegir nuestra vida? ¿Quién le tomó exámenes a nuestros padres para saber si son capaces de elegir lo mejor para nosotros? Cuándo nos eligen un colegio ¿son consientes que ese lugar marcará nuestra historia para siempre?

Amor imposible.

A veces el corazón elige el camino que parece equivocado y se aleja de todos los motivos y todas las razones. Es allí exactamente donde el camino se bifurca, donde nace el más intenso y devorador de los amores. El amor imposible.

La adolescencia es así.

En la adolescencia la vida nos abre la puerta. No para ir a jugar si no a vivir. Hay miles de caminos. Encontrar el indicado supone correr riesgos. Por suerte siempre hay héroes dispuestos a correrlos. Son los que hacen que el mundo aún tenga una esperanza..

Las vacaciones.

Las vacaciones con mis amigos dejaron huellas imborrables, momentos irrepetibles en los que aprendí que es bueno ir por la que queremos pero también es importante que las cosas simplemente ocurran.

La vida.

Las vacaciones son como una enorme y misteriosa caja de sorpresas. En ella nos esperan las más intensas y extraordinarias vivencias. Si somos capaces de abrirnos y nos volvemos receptivos y vulnerables a lo que la vida nos ofrece.

Sé amigo de tu enemigo.

Detrás de un enemigo muchas veces se esconde un gran amigo, aunque puede costarnos muchas lágrimas darnos cuenta. Si nos llevan a un nuevo amigo, cada uno de ellos habrá valido la pena. Como siempre vale la pena la amistad.

Amigos, os amo.

Cuando llega el amigo se va para siempre la soledad y la palabra compartir adquiere un nuevo y definitivo significado. Entra en las alas que no me atrevo a desplayar y el otro corazón que me completa. La vida no será la misma después de su llegada.

Yo soy yo, no tú.

Crecer quizás no sea más que aceptarnos como diferentes y de una vez por todas dejar de actuar a favor o en contra de nuestros padres. No importa como ellos sean o hayan sido los responsables de nuestros actos.. SOMOS NOSOTROS MISMOS.

Yo soy distinto a ti, Papá.

Nuestros padres creen que todo lo que hacen lo hacen por nosotros, pero en realidad lo hacen por ellos mismos, ya que consideran a los hijos como sus prolongaciones. Quieren que tengan sus actitudes y su manera de ver el mundo. A veces es doloroso comprobar que somos otros, quizás muy distintos a lo que ellos esperaban.

Miedo.

Nadie le abre la puerta pero el entra igual. El miedo se instala en nuestra vida y nos tiñe los ojos de desconfianza. Hay muchos miedos, miedo al peligro, al diferente, a lo desconocido. Pero quizás todos los miedos se funden en uno, el más grande, el temor a no ser querido.

Ya no está papá y mamá para defendernos.

Uno de los primeros indicios de que la infancia a quedado atrás es cuando la injusticia y la corrupción nos golpean en la cara y ya no están mamá y papá para protegernos. Algunas cosas son tan importantes que nos marcan a fuego y es necesario que las descubramos y afrontemos solos.

Hipócritas.

No me gustan las máscaras ni aún las más bellas. No saben de rubores ni de lágrimas, no les tiembla el mentón por el miedo a la desesperanza. En un mundo de caretas y apariencias me pierdo entre tanta hipocresía.

¿De qué vale que estés?

Nada sirve cuando estás. Mis ojos inútiles no pueden mirarte, son torpes y ciegos. No me sirven las manos donde se diluyen las caricias que podrían aliviar tu pena y no sirve mi boca si no puede llegar a la tuya.

Siempre te traiciona quien menos te lo esperas.

De repente un día el cielo se llena de fantasmas, la vida de esqueletos, la gloria de desdichas, el habla de silencios. De repente un día la traición se presenta en nuestra vida.

¿Qué es la derrota?

La derrota tiene el sabor de la catástrofe. Con ella aprendemos la vida, pero nos deja sin ángeles ni demonios, solos, como la luna en una noche sin estrellas.

Yo solo aprenderé a vivir. Aprenderé de errores y de ganar.

Es mi deber enseñarte a vivir sentencia el padre, el maestro, o simplemente el adulto, que nos enseñan a respirar, a comer, a caminar, a descansar, a estudiar y a trabajar, pero eso es sobrevivir, a vivir de verdad nadie puede enseñarme.

Soy tú amigo.

Soy tu amigo eso me hace capaz de conspirar con el universo para conseguir lo que necesitas. Aunque quisieras perderte en tu habitual laberinto de abandonos mi amistad inexorable vendrá a buscarte y a dejarte el alma a la intemperie.

Quiero que todo se quede así.

No me extiendas la mano, no voy a unirme a nadie, no quiero cambiar nada.

Seguiré adelante.

Un guerrero sabe que una guerra está compuesta de muchas batallas y sigue adelante.

Epa*-*

Un guerrero sufre con el dolor de la pérdida, pero después que pasa todo esto y lame sus heridas comienza otra vez.

Vamos.

Un guerrero acepta la derrota, no la trata de forma indiferente, intenta transformarla en victoria.

Seamos libres.

Ser verdaderamente libre es poder dar un paso al frente.

Diferencia.

Crecer es también descubrir la diferencia y aprender a distinguirlos.

Gracias.

En este duro y dulce tiempo de crecer no estoy solo, me acompañan los amigos de verdad y también los otros.

Cada uno tiene un camino.

La vida es un camino y nos obliga a caminar y a caminar. A veces nos regala campos floridos y otras veces cuestas empinadas y bajadas peligrosas. Pero hay que seguir andando, aunque nos quedemos solos y a oscuras, muertos de miedo sin saber hacia donde vamos o lo que es peor sin saber quienes somos y que queremos.

Compañeros, siempre igual.

Lo se, me lo dice mi cuerpo que está cambiando. Me lo dicen mis ojos cuando me miro al espejo. Estoy creciendo y parezco otro, ni yo mismo me reconozco a veces. ¿Como quieren entonces que reconozca al otro? A ese que está a mi lado día tras día, pero que no significa nada para mi. A lo mejor con crecer de altura no basta y para crecer de verdad tengo que aprender a ver al otro tal como es, sentirlo diferente a mi y sin embargo quererlo y aceptarlo.

Mis amigos.

Tengo muchos compañeros, pero pocas amigos, amigos de verdad ¿se entiende no? De esos que te prestan el hombro y la mano y el cuerpo entero cuando estás triste. Que se ríen más fuerte que tú cuando estás feliz y que pegan saltos de canguro cuando festejan que te pasó algo bueno.